domingo, 27 de enero de 2008

what a lovely time... enero... enero...

bajo el colador estrellado del parque centenario, en esa fiesta de fin de año que me hubiese cambiado la vida de haber tenido yo veinte años, lula empezó a cantar una canción de drexler y la resignificó. supo captar, más bien, una parte de la letra que yo había despreciado y que, sin más, envolvía su momento y el mío. "y yo no sabía que era el tiempo del corazón". ¿pero sabría lula que "qosqo" [cuzco] quiere decir justamente "corazón"?

pero no es todo tan fácil. mi primera caminata por cuzco no fue copada. yo sentía claramente que no conectaba. estaba en cuzco pero no estaba. veía las montañas verdes, veía el fino diseño de la ciudad, pero no conectaba. y me lo decía: "¿por qué no conecto?". por suerte, pude contestármelo. al rato bajé a la plaza de armas y me invité a tomar mate con una mina. no muy copada, pero mate al fin. éste es mi último viaje sin mate. y el primero sin agua hirviendo.

porque quizás este viaje empezó también hace algunos años, una noche de domingo, riendo en la rambla. caminando y riendo, porque el desmadre argentino hacía que nuestro amigo el matambrito estuviese fatigando alucinadamente el uruguay, porque dalia me contaba en un mail que se había encontrado, "tomando mate en la plaza de armas de cuzco", a barby. curiosamente esa línea se me quedó grabada y lo primero que pensé al ver lo primero que vi en cuzco, que fue la plaza de armas, fue "así que acá tomaba mate barby y acá se la encontró dalia".

entonces me ensucié en la realidad y tomé mate. lo demás fue saliendo solo. al volver al hostal (yo, que soñé con un balcón en madrid y en buenos aires, lo tuve finalmente en esa habitación de cuzco), tirados en la cama con jaga, escuchamos que en la habitación vecina (habitación en la que también se decía "el che quería hacer la revolución en latinoamérica") alguien dice "azul es muy conceptual". nos levantamos rápido a conocer al alma gemela y empezó la espiral ascendente de cuzco. nos hicimos un amigo (un drogón casi barrabrava de boulogne al que le gusta "rodolfo") y dos amigas (piojosísima y babasónica), y nos fuimos a cenar.

las amistades se fueron multiplicando. el razonamiento del mate era en realidad una metáfora del razonamiento del conocer gente. ¿por qué hasta esa tarde yo comparaba bolivia con perú y ganaba bolivia? por la gente. los racimos de gente son lo que hace que un viaje se constituya grosso. de repente llegó la gente de iquique que a su vez, casualidad, se conocía con el barrabrava, y la última noche antes del camino del inca comimos en una pizzería, alegres, y alegre yo por el mundo constituido.

hicimos el camino del inca alternativo. anduve en bici cinco horas. las primeras dos fueron de lo peor que me pasó en la vida. imagínenme andando entre las nubes, con frío, sin la ropa adecuada (impermeable) y bajo la helada. eso fue. de repente, bajando y bajando (lo único "bueno" era que no había que pedalear), empezaron "los vapores de la selva" (quiroga) y no sé cómo terminamos con calor, sometiéndonos al ripio en medio de la selva. glorioso. también nos metimos en termas entre montañas, jugamos con un coatí y nos mandamos en un cablecarril (cruzar un tremendo río a bordo de una cajita de madera, sostenida a treinta metros de altura por un cable de hierro). antes de ir al machu paramos en el lugar más freak del mundo: aguascalientes. dios santo. el perfecto opuesto de jerusalén: en yeru hay ciertas cosas sobre las que el dinero no avanza (los prados alrededor de la ciudad vieja...). aguas es lo opuesto: es solamente el avance del dinero, su materialización. totalmente deforme. tanto que me encontré con un viejo preceptor (juampi) y encaramos unas birras y una charla de sostenerse la mirada.

al volver del camino inicié un período de especies que desaparecen, de cama y vida matrimoniales. bajó mucho, por lo tanto, la asistencia a boliches (ah, salir a cuzco con cara de baketa en la mañana...). el grupo de amigos cuzqueños se mantuvo y se mantuvieron las canciones de los piojos y de fito en la guitarra. luego comenzó el éxodo que en este momento alcanza su inminente cenit, puesto que soy el único que queda.

cuando termina el día en las ciudades antiguas todo el mundo vuelve a su hogar, todos arremolinados, igual que en las ciudades nuevas. pero en las ciudades antiguas ese momento es zarpado. somos medievales! se mezcla lo cotidiano con la embriaguez que generan los claustros y los muros. esto es inka downtown. humahuaca es arrabal, se nota, es lindo, quizás es más lindo, pero esto es downtown.

y al mismo tiempo es palermo, palermo cuzco. la presencia argentina es alta. he aquí sólo una experiencia: caminata nocturna, chica contestando a la pregunta del origen con un hermoso, burgués y entonadísimo "buenos aires" y a las dos baldosas, puerta de hamburguesería, un pibe cantando bajo la lluvia "el doctor dice que mucho rocanrol / me puede hacer mal"...

y así es enero. el mes sin bidet. el mes del sol andino. el mes de assist card. el mes de las almas nuevas. el mes del mate y de la chicha. el mes colonial. el mes americano. el mes de los micros. el mes del almuerzo por dos pesos en el mercado.

¿terminará todo en cosquín, cantando con ciro? difícil, pero puede ser. en cualquier caso ahí espera buenos aires, pronto o no, con sus librerías, en las que puedo conseguir toda la teoría que necesito para vivir.

próxima estación: copacabana, ya.

miércoles, 23 de enero de 2008

la intensa vida del blogger viajero

en cuzco me pasan muchas cosas, pero pocas tan intensas como leer los comentarios, en aquel post de dear old teclados, sobre la entonces ficcional y ahora real muerte de gabo.

miércoles, 16 de enero de 2008

va tomando forma...

palta, joda, mística, cerveza, baile, luces, prados, montañas, soles, siestas, balcones, manifestaciones, micros, dioses, agricultura, caminos, nubes, cristos, plazas, fuentes, palabras, cuszco.

sábado, 12 de enero de 2008

evelyn está caliente

llegan las lluvias, llega el viento frío del río chili que se desliza por las paredes gris piedra de la parte antigua de la ciudad, llega el tiempo de narrar.

todo empezó, como empieza siempre, mirando el paisaje de plaza san martín desde las plataformas de la estación de retiro: el rulero, el sheraton, la torre de los ingleses. luego siguió como sigue siempre: en el micro. sólo que en el micro nos ganamos un whisky. porque en el micro se había organizado una tómbola. la cuestión es que en algún momento me desperté y el paisaje era doble: desértico y montañoso. estábamos llegando a chile. nuestra primera parada en esa dividida tierra fue la pequeña ciudad de los andes, donde tuve mi primera visión: en escala decreciente, de grande a pequeño, de allá para acá, una montaña, una torre nórdica (me encantan) y una shell. había llegado a europa, había llegado al capitalismo, había llegado a chile.

me cuesta pensar en valparaíso como me cuesta pensar en esa gente que se parece demasiado a otra gente. porque, más allá de la alegría de estar pisando suelo chileno, mi sensación era la de estar en barcelona. supongo que me va a pasar eso con todas las ciudades portuarias del mundo. el olor a pescado y a orín me transportaban frecuentemente a otro tiempo, y ciertos pequeños detalles ciudadanos (la existencia y forma de ciertos pasajes) confirmaban la analogía. pero no era todo platónico, todo arquetípico-barcelona: la dialéctica histórica hizo que valparaíso me revelase a barcelona como puerto, cosa que quizás yo no tenía tan clara. el olor de barcelona era olor a puerto, no a cataluña.

conocimos gente. tomamos birra en una plaza increíble (plaza que ya es hermana de la plaza mafalda), con el pasto verde oscuro de los países europeos, mirando el mar, con tres chilenas que se habían definido como "mantenidas", a lo que jaga acotó perfectamente: "sin sueños". también a kevin, un pendejo muy copado [a los chilenos no se les entiende nada, y sólo explican lo poco que uno había podido entender], que me llevó a dar vueltas por la alucinación de los cerros, y a un grupo de jóvenes que me invitó a comer a su casa, donde descubrí algo muy particular: en valparaíso muchas veces se vive como si uno estuviese en un bosque, porque al ser tan irregular el terreno es muy probable que en la ventana de las casas no se vea la vereda de enfrente, sino una arboleda o una cañada. [también hice un paseo en bote, donde pensé largamente en el ser marinero, en la preferencia por la antiguedad, por la historia como aura, en la misantropía, en la viña de ciudades portuarias del señor].

dejamos valparaíso para llegar a iquique. apenas entramos al hostal conocimos un grupos de argentinos (dos chicas, dos chicos, amigos) con los que estuvimos las cuarenta y ocho horas que pasamos allí. los flacos eran muy copados y las chicas eran lindas. almorzamos en un mercado que parecía salido de el chavo (flash), vimos el atardecer en la playa, tomamos el whisky que nos habíamos ganado en las rocas. fueron días muy lindos. de iquique vimos poco y nada. fuimos a la zona franca, donde nuestras únicas emociones, puesto que no había libros, consistieron en divisar un kentucky fried chicken. pero ya habíamos comido.

en chile no diré que tuvimos hambre pero tampoco que nos satisficimos. es todo bastante caro.

pero ahora estamos en perú que es una fiesta.

llegamos ayer a arequipa, vía tacna. nos alojamos en un lindo lugar y se acabó todo: a comer sin parar, cafecito, libros. hoy, por ejemplo, desayuné en la plaza de armas, en un balconcito, por cinco pesos. y me compré un libro de arguedas, los ríos profundos, por tres pesos [leí ciencias morales, uf]. el tema de las librerías es zarpado. creo que entré a quince.

mientras los foráneos nos invitamos a la fiesta, los hijos del perú mueren de hambre y frío en las calles.

y quizás no haya mucho más que contar. nos vamos a cuzco, quizás pasemos por puno, quizás, quizás, quizás. lo único que sé es que hace un año delirar por las calles escuchando tercer mundo era un placer logrado, y ahora es un yoghurt. rico, pero un yoghurt.

y allí vamos, andes.

viernes, 11 de enero de 2008

llegando los versos

entramos a perú por ese desierto horrible, con el cielo encapotado, y no pude menos que recordar los versos de vallejo que recitó, borracho, bryce echenique en una lejana tarde de barcelona.

fue domingo en las claras orejas de mi burro,
de mi burro peruano en el perú (perdonen la tristeza)

miércoles, 9 de enero de 2008

latinoamérica

hoy me senté a escuchar a rada frente al pacífico, en iquique.
otros días tomé cerveza.
en valparaíso, en una plaza, mirando el mar, con unas chilenas guarras.
en valparaíso, con kevin, un copado de 18 años, mirando el mar, en un mirador.
"en valparaíso, colocado, escuchas los ruidos del puerto. pum, pum".
conocí gente, bastante. conocí chilenos pensantes y chilenos alucinados.
me bañé y me puse protector.
fui a la playa.
conocí lindas chilenas.
leí bastante. era necesario.
otro día estaré más inspirado. y menos feliz.

jueves, 3 de enero de 2008

aunque este calor me ponga incrédulo




se vienen




tiempos poéticos.