jueves, 10 de septiembre de 2009

el diego

hace demasiadas horas que debería haber escrito este posteo, o volcado todos estos sentimientos (que seguramente no podré volcar, porque tengo poca paciencia para escribir).
cada vez que veo al diego me pongo mal. lo veo triste, con el jogging, mirando cómo todos nos ganan, y me quiero morir. después lo veo ante los micrófonos, tranquilo y herido, y sigo mal. lo que estamos viviendo, creo, es único. además está hecho una mina (yo creía que era una impresión muy subjetiva pero el sábado, a altas horas de la noche, conocí gente que pensaba lo mismo) y todo es raro. la boca es rarísima, como recortada. diego es el reverso del riquelme de 2007: pasea por américa perdiendo. y lo escucho "analizar" y sigo mal. lo peor es que, racionalmente, está buenísimo lo que está pasando: la prepotencia megalómana, chanta o no, no va a ningún lado. pero no puedo estar ni pensar a ese nivel. lo veo al diego y me pongo mal. veo hasta las conferencias de prensa, todo. y cada palabra de la prensa es bíblica.